La pana cota de fresa es cremosa y afrutada (¡sabe a helado de nata y fresa!), mientras que la gelatina de maracuyá es refrescante con un toque de acidez. Son los sabores perfectos para terminar una velada romántica. Además de que si os pasa como a mi pareja, que no le gusta mucho el chocolate, esta receta es un cambio de los dulces típicos de San Valentín que siempre son de chocolate.
Esta receta es para 500 ml, perfecta para dos vasos de 250, aunque yo usé vasitos más pequeños de yogur (de 100 ml)